ÉL, ÉL Y SIEMPRE ÉL... O YO

- ¡Que no me sigas! ¡Suéltame! -
... y apagué la luz.

1 comentario:

Ignasi Brugarolas Bonet dijo...

Si un relato se midiese por su capacidad de provocar múltiples interpretaciones -muchas válidas- e inicitar el debate, este sería sin duda un relato excelente (Quizá un relato es como el concurso que hacen por la radio en el que te dan una respuesta y tienes que imaginar la pregunta; hay muchas posibles y todas buenas).
Ya te comenté que la clave del relato me la proporcionó Leila. ¿Un sueño? ¿Una huída a oscuras? ¿La resignación ante un desenlace fatal?
Yo leía y releía y ella, al escucharme, descifró.
Vi la luz.
Pero fue especialmente reveladora tu posterior aclaración sobre los "antecedentes" y los numerosos engranajes que trabajan en las entrañas del relato.
Y pensé: el relato es bueno y pasa a buenísimo cuando conoces datos que no aparecen.
Te animo a la siguiente prueba (para eso está este blog): amplía el relato, introduce algún dato que dé más pistas sin ser obvio, sin proporcionar la clave.
Creo que si reconduces un poco más al lector (que no tiene la suerte de verte un sábado cenando para que le cuentes tus inquietudes)puede ser uno de los relatos más redondos que hemos colgado.
Espero ansioso el resultado del experimento.
Besos y... ¡a escribir!